Los sonidos del cine se parecen a los del mundo animal
Para llegar a esta conclusión, Daniel Blumstein, del departamento de ecología y biología evolutiva de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) estudiaron más de cien películas clásicas tratando de identificar los llamados “sonidos no lineales’, frecuentes entre los vertebrados -por ejemplo las marmotas- cuando piden ayuda o envían señales de alerta. Según Blumstein y sus colegas, nuestros oídos están preparados para detectar este tipo de sonidos, y nuestro cerebro responden a ellos.
Comparando con ayuda de espectrogramas de las frecuencias de las bandas sonoras de películas de cuatro géneros -terror, drama, guerra y aventura- los investigadores identificaron algunos patrones. Por ejemplo, que en los dramas de la gran pantalla lo que predominan son los�cambios entre altas y bajas frecuencias -como las sucesiones de notas de violín agudas y graves a gran velocidad-, que potencian las emociones. Las películas de aventuras contienen más gritos masculinos de lo que cabría esperar, mientras que en las películas de terror abundan los gritos de voces femeninas. En estas últimas también hay más ‘ruido’. De acuerdo con Blumstein, consciente o inconscientemente los ingenieros de sonido del séptimo arte utilizan estrategias similares a las de la naturaleza para manipular nuestras emociones.